José Cortés (Jaén, 03/01/1993) empezó a coquetear con los banquillos en el año 2010 ayudando a su amigo Javi Cañada, y desde entonces, ha dirigido equipos en casi todas las categorías: pre benjamín, benjamín, alevín e infantil. Hoy, pese a su juventud, Cortés (Nivel II) es uno de los entrenadores más conocidos del fútbol base de nuestra ciudad y se incorpora a nuestro proyecto para dirigir al Cadete B. Sin duda, es un auténtico privilegio tener con nosotros a este Licenciado en Derecho que, sin embargo, vive por y para el fútbol base.
¿Por qué eres entrenador?
Principalmente soy entrenador porque me apasiona el fútbol y no he podido ser futbolista. Todo niño al que le gusta el fútbol nace queriendo ser futbolista, pero con el tiempo, hay que ir adaptándose a la faceta en la que mayor rendimiento puedes obtener, o que el fútbol te permita.
Soy entrenador porque tengo vocación para ello, no se puede ser entrenador de fútbol base si no tienes vocación, en ese caso pierdes el tiempo y el dinero, ya que es una profesión muy dinámica y que requiere un gran esfuerzo físico y metal, día tras día estas sometido a distintos cambios, circunstancias y aprendizaje.
Y la más importante, soy y sigo siendo entrenador porque a los jugadores que tengo y he tenido la suerte de entrenar, me dejan serlo y me dejan transmitirle lo que sé acerca del fútbol y de la vida. Sin ellos, que son los que juegan, no estaríamos hablando de nada, no existirían los entrenadores.
¿Qué clase de entrenamientos te gusta diseñar?
Mis sesiones de entrenamiento van en función de muchas variables: de las carencias de nuestro equipo, de las del rival de la semana, de los contenidos que debemos trabajar para que el equipo complete su formación. Debo confesar que a veces, a mí mismo me gusta poco el contenido de lo que trabajamos, pero en fútbol base no se puede elegir, si lo que queremos es proporcionar al futbolista una formación integral.
Aunque si hablamos de metodología, soy partidario de entrenamientos dinámicos, con tareas poco repetitivas y con variantes, donde el futbolista trabaje lo técnico-táctico con un alto grado de conocimiento de lo que está haciendo, por lo que prefiero tareas globales, en entornos inestables y donde predomine la toma de decisiones del jugador para llegar al objetivo marcado.
Intento proporcionar información al jugador sobre la tarea, unas reglas de provocación que lo lleven a conseguir realizar ésta conforme se ha marcado y llegar así al objetivo. Buscar un descubrimiento guiado del jugador, en el que sea consciente de lo que se trabaja, y para qué se trabaja. Si el jugador se hace protagonista en la tarea del entrenamiento, en la sesión, conseguimos su formación, además de la máxima motivación en la tarea, lo que se agradece.
Esencia del equipo. ¿Qué clase de equipo pretendes formar?
Busco precisamente eso, un equipo. Al principio me da igual que esa sensación de equipo sea de fútbol, o de baloncesto, pero un equipo, en el que haya un sentimiento de pertenencia al grupo, al club en el que estamos, al cuerpo técnico, a la afición. Una vez que eso está claro, viene todo lo demás. Un equipo con ganas, compromiso, ilusión por mejorar, todo eso es lo ideal, es lo típico que se pide por cualquier entrenador.
En definitiva, quiero un equipo que tenga las ideas claras en todos los ámbitos, no sólo en el del juego. Los jugadores deben saber por qué están aquí y no en otro equipo, deben saber por qué entrenamos de una forma u otra, deben tener determinado el objetivo y no perderlo de vista, deben saber por qué hacemos una cosa y no otra para conseguir el objetivo.
Después vemos cómo somos con el balón. Si te refieres a mi modelo, estilo de juego, me gustaría formar el equipo que mejor jugará y que más partidos ganará, pero eso por ahora no lo sé, siempre me han gustado los equipos que han ido conforme a las reglas de este deporte, y esas dicen que gana el equipo que mete más goles, por lo que soy partidario de los equipos que intentan realizar más goles que el rival y que para ello, quieren tener el balón más tiempo que el contrario, protagonistas del juego. Y lo más importante, que dominen las dos fases del juego y sepan interpretarlas, lo demás viene solo.
Aunque como en la pregunta anterior, todo esto está supeditado al tipo de jugadores que tienes y a que ellos lo entiendan de la misma manera que tú.
¿Cuál es la filosofía del club?
Es que es todo tan relativo, la filosofía del club depende de lo que quieran buscar sus directivos, por lo que creo que es una pregunta más bien para la Junta.
Llevo muy poco tiempo aquí, apenas dos, tres meses, pero por lo que he podido percibir, es un club muy trabajador, con ganas de mejorar y de seguir en el panorama del fútbol base en Jaén muchos años más, y ya llevan, llevamos, 25.
Veo un grupo de gente que le gusta lo que hace, aunque el beneficio sea muy inferior al merecido, y si es que tiene algún beneficio más que ver cómo cientos de chicos y chicas pasan año tras año haciendo lo que más les gusta, que no es poco.
¿Es bueno cambiar el estilo en función del rival?
Considero que lo primero que hay que definir es el estilo de juego propio, y con lo que cuesta eso a lo largo de la temporada, sería de “tontos” cambiarlo.
El equipo debe tener su propio estilo, su identidad, su juego. Si se pierde eso, estas perdido tú, más que nada porque es imposible cambiar el estilo de 20 jugadores en una semana para jugar contra un rival, se le estaría dando demasiada importancia al rival, más que al propio equipo.
Otra cosa es analizar al rival, saber sus puntos fuertes y débiles, y teniendo de base el estilo de juego propio, moldear o introducir variantes durante la semana y en el partido que nos ayuden a obtener éxito, pero no más que eso.
Si a mi equipo le gusta atacar más que defender debe seguir siendo así durante toda la temporada, principalmente porque si el equipo ha adoptado esa forma, es porque se le da mejor que la otra, por lo que no tiene sentido cambiar a una cosa que no sabes hacer o que se te da peor.
¿Cuál crees que es tu principal virtud como entrenador?
Querer seguir aprendiendo cualquier cosa y de cualquier persona día tras día. Aquí no hay nada absoluto, solo que gana el que más goles mete. Y cualquiera te puede enseñar, como dice un compañero, por lo menos, aprender lo que no debes hacer.
¿Tienes algún referente en el mundo del deporte?
Es complicado, hay muchos, pero por la constancia y las ganas de mejorar día tras día, aun cuando ya has sido el mejor, me quedo con Rafael Nadal.
¿Eres exigente con los jugadores?
Se debe ser exigente cuando crees que los jugadores pueden rendir más. Por lo tanto, si creo que un jugador no está dando lo que debe dar según sus condiciones, debo serlo, el problema es cómo saberlo, a veces el equivocado es el entrenador, y el jugador no está rindiendo por el entrenador, el problema a veces somos nosotros.
Ellos lo son conmigo, por lo tanto debo serlo yo con ellos, si eres exigente con los jugadores, lo estás siendo contigo mismo. Ese ciclo de exigencia es bueno y nos va a llevar a que el grado de exigencia varíe a más, a lo largo de la temporada.
¿Crees que es formativa la competición?
Por supuesto, es un dilema en los últimos años instaurado en el fútbol base. El problema es que la competición forma sólo a unos pocos, es un filtro.
La competición forma a los que son capaces de seguirla. Me atrevería a decir que la competición es lo que verdaderamente forma, porque en un entreno, los jugadores no están a su máximo nivel de atención, concentración… Es en la competición donde se tiene la conciencia por el jugador, incluso por los entrenadores que no se puede fallar, equivocada tal vez si hablamos de base, pero está montado así. Por lo tanto, es en la competición donde mayor grado de formación puede haber.
Como he dicho antes, el problema es a la gente que no forma, el número tan reducido de jugadores que de verdad les sirve la competición.
A veces, los clubes deben valorar esto, y quizás adaptar el tipo de competición a la capacidad que tienen sus jugadores, esto se hace con las categorías, a veces es mejor estar en una inferior, si de verdad lo que se quiere es formar a través de la competición.
¿Qué es lo que más valoras de un jugador?
En el apartado personal, un jugador sincero y comprometido. Esto, en la base, es muy complicado, ya que el jugador un día piensa una cosa y mañana piensa otra, debido principalmente a la influencia de los padres y al respeto que le deben dar a la opinión de ellos.
En el del juego, que sepa entender e interpretar lo que el entrenador le pide, que entienda el contexto donde se encuentra, del juego, del equipo… lo que se requiere en cada ocasión. Me gustan los jugadores inteligentes, que corran sabiendo a dónde, antes de los que corren mucho.
Soy un entrenador de intenciones antes que de ejecuciones, prefiero jugadores de los que consiguen la ocasión antes de los que la ejecutan muy bien, ya que antes se debe dar la ocasión y meterla. Si generas muchas, alguna vez te equivocas y la metes, pero si no las generas, podrás tener uno muy bueno, pero te aseguro que es complicado. Jugadores inteligentes.
¿Qué enseñanzas te ha dejado el fútbol para la vida a lo largo de estos años?
Que da igual lo bien o mal que lo hiciste ayer, porque siempre prevalece lo que hayas hecho hoy. El fútbol no tiene memoria y no estoy de acuerdo, pero eso no se puede cambiar y hay que convivir con ello.
¿Por qué tiene un niño que apuntarse a un equipo de fútbol base?
La primera razón es porque realmente le guste el fútbol, y la segunda porque te va enseñar y hacer madurar con ventaja al resto de personas que no se encuentran en un equipo de fútbol.
Un jugador de fútbol prebenjamin tiene que tomar decisiones y asumir otras externas, que no son comunes -no digo buenas- para un chico de su edad.
Lo peor y lo mejor del fútbol base.
Lo mejor es claro, la formación que te proporciona y las emociones que te despierta, positivas y negativas. Al jugador lo preparan para la vida en general y eso es apasionante.
Lo peor, no voy a tirar piedras sobre mi propio tejado. Por varias razones, porque amo el fútbol base y porque realmente creo, que llevado por personas preparadas y coherentes, no tiene nada negativo. El problema es encontrar a esas personas.
¿Por qué estás en el Atlético Jaén?
Cuando en un club hay tantas personas a las que conoces y aprecias, que ya sabes cómo trabajan y además se interesan por tí con tanto tiempo, te queda poco que pensar.
Estoy en el club porque me identifico con él, con el proyecto y con la gente que lo dirige. A día de hoy pienso así. A lo mejor el año que viene ya no, pero a día de hoy me atrevo a decir que estoy en “el mejor club de fútbol base de Jaén”. Y como es normal, siempre he querido estar rodeado de los mejores. Un club con ilusión, con ganas de mejorar y renovarse día a día. Qué más se puede pedir.